No todo quedó dicho acerca del proyecto de la construcción de un hotel ecológico de la firma Six Senses en el Parque Nacional Natural Tayrona, cuando el Ministro de Ambiente dijo que no iba.
Desde entonces el grupo inversor se ha dado la tarea de llevar a cabo todo un proceso de socialización con los actores fundamentales de la iniciativa.
Los mitos de la privatización, la destrucción del medio ambiente e intervenir una zona de resguardo indígena, son los contra que llevaron a ecologistas y uno que otro político a crucificar la iniciativa.
A pesar de lo anterior, el proyecto será presentado ante el Ministerio de Ambiente, mientras que paralelamente avanzan las tareas de socialización con las etnias indígenas, nativos y ahora medios de comunicación.
La idea en esta etapa es demostrar que se trata de una iniciativa privada de turismo sostenible que contribuye a la conservación del medio ambiente y el respeto al patrimonio cultural.
"Es un hotel cuya sofisticación en materia de cumplimiento de los estándares de protección del medio ambiente y buen servicio no lo hacen excluyente", resalta Claudia Dávila del grupo inversor.
La parte ambiental
Según la ejecutiva, los inversionistas y ejecutores del proyecto, se someten al cumplimiento de todas las normas y requisitos que determine el gobierno, además de altos estándares en materia de sostenibilidad y respeto por el medio ambiente y las comunidades.
La intención del proyecto es el cumplimiento de las reglas mundiales al ser ecológicamente sensibles al conservar la biodiversidad y los servicios ecosistémicos; culturalmente respetuosos.
Asimismo el hotel está diseñado con los lineamientos de la convención de Diversidad Biológica de las Naciones Unidas al ser desarrollada en predios de propiedad privada del Parque Nacional Natural Tayrona.
Beneficios de la ciudad
Según lo expuesto por voceros del Six Sense, este traería beneficios económicos y sociales para la población local y, el respaldo a la cultura de las comunidades indígenas. La intención es ocupar un área de menos del 1% en las zonas de Arrecifes y Bocas del Saco.
Sí la construcción del hotel se aprueba, ocuparía toda la mano de obra local para la construcciones de zonas como camping, eco-cabañas y eco suites, permitiendo a los turistas de varios presupuestos disfrutar.
"La zona no está considerada como resguardo indígena, pero nosotros por respeto a las comunidades nos acercamos a ellos para que nos guiaran y comprender su sabiduría y cultura, obteniendo una experiencia importante en trabajar de manera armónica", resaltó Claudia Dávila.
Aunque, para el grueso de los ecologistas el proyecto es lesivo, Six Senses puso las cartas sobre la mesa con argumentos contundentes, el debate está abierto y será el Ministerio de Ambiente que tendrá más de 15 meses para tomar una decisión.
Entender que el predio donde se construirá el hotel es privado, pero dentro de un parque nacional de uso público no es fácil, sin embargo, desde ya la empresa garantiza que no habrá negación del uso público para nadie.
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